domingo, 27 de mayo de 2012

Por ahí dicen que las feas lo hacen mejor...

1. Se esforzarán siempre un poco más.
Ellas saben que son feas, que este puede ser el último que tengan en la vida y por lo tanto buscarán hacer su mejor actuación. Ni siquiera tienes que intentarlo sino dejar que el esfuerzo sea de ellas.
2. Ninguna técnica oral supera a una mueca
No te engañes, la falta de dientes sólo hace mejor el proceso de amor. Es como el pescado sin espinas, las manzanas sin piel, conducir sin cinturón. Además ¿Quien quiere perder el tiempo con besos?
3. A más enana, mejores posiciones.
¿Has intentado hacer un Misionero Ruso en Helicóptero con una mujer más alta que tú? Jamás será tan divertido como con aquellas que no superan 1.40m.
Para puntos de bonus, intenta posiciones donde la sangre no abandone su cabeza y la gravedad la confunda. No hay mejor orgasmo que el que lleva a un desmayo en cascada.
4. Un rostro de fealdad te concentra en lo que importa.
El sexo con una fea no se trata de amor y sentimientos. Se trata de jamás mirar a la cara. Te obliga a cerrar los ojos y concentrarte en lo que importa: el coito. Agradecerás los mejores finales a ese bigote y esa verruga.
5. No te dirán que no a NADA.
Ella no se hace ilusiones. Por el punto 1 no espera una segunda cita, dará lo mejor de si misma y te dejará volar tan fácil como te dejó entrar. Es un pase gratis con pelos que salen de la nariz. Y si no escapas en la mañana, te hará el desayuno y aseará tu casa. Es posible a también sea tu fiadora para ese esquivo crédito que has estado pidiendo.

6. No te criticarán
Ella no tendrá derecho a expresar el menor reclamo ante tu apariencia e incluso el descuido corporal que pudieras tener. Aun si estuvieras sin bañar pro un mes, todo es menor comparado con el hecho que tengas sexo con ella.
7. Te serán fieles
No es muy factible que te pongan los cachos y en el peor de los casos, así lo hicieran no te importará. Eso ayudará terriblemente a tu autoestima al saber que la tienes a tus pies.

Autor: FEDERICO ACOSTA CORTES. Revista SOHO

CONCLUSIÓN:

Yo me quedo con las feas, porque las mujeres bonitas siempre andan haciendo jetas por todo y uno tiene que estar preguntándoles cada quince minutos si están de mal genio y si se quieren ir ya para la casa. Las feas, en cambio, se apuntan a cualquier plan hasta la hora que sea. Son buenísimas para trasnochar y llamar taxi para irse a su casa después de una noche de facturación.

Si amanecen con uno, se ofrecen a preparar el desayuno y, mucha veces, dejan la loza lavada. Las mujeres bonitas tienen complejo de radiador, se la pasan tomando agua todo el día. En los restaurantes piden los platos más simplones pero los más caros y cuando traen la cuenta, se van para el baño. Las feas en cambio, salen con plata entre el bolsillo para colaborar con el tramacazo. Y lo más lindo: son cómplices de la empanadita con ají, la lechona de San Andresito, la mazorca de carretera y otras delicias que hacen la vida del hombre más hermosa. Las mujeres agraciadas son malísimas para empujar un Fiat Uno en una noche lluviosa. Mientras que una fea es capaz de desarmar un motor con un corta uñas mientras uno les colabora sosteniendo la linterna.

Las feas no ponen problema por nada. Les caen bien a los amigos de uno porque son consideradas un miembro más del equipo. No arrugan la cara cuando se echan un guaro, fuman a la par. Y hacen pipí en cualquier baño. Las bonitas miran el identificador de llamadas antes de contestar, mientras que las feas siempre dicen: "¿dónde hago la raya?, ¡qué milagrazo!" Uno las puede recoger a cualquier hora y arman "conversa" así uno las llame borracho a las tres de la mañana.

Cuando uno tiene una novia bonita, debe hacer curso de escolta, porque los amigos se la pasan mirándole los cucos y los enemigos tratando de quitárselos. Las novias bonitas lo cogen a uno de caddie para que le cargue el morral de la universidad o esas bolsas llenas de ropa que uno mismo pagó en un centro comercial. Las feas en cambio, lo acompañan a uno a hacer mercado (así, en la plaza) y ayudan a subir las bolsas sin pedir ni un jabón a cambio.

Las novias feas jamás lo olvidan a uno y siempre se les puede hacer "repasis". En cambio las bonitas son ingratas, terminan cambiándolo a uno por cualquier traqueto porque esas, las más hembras, con sus trasparencias, sus siliconas, sus cinturones de piel de culebra, sus carteras enanas, sus pantalones descaderados, sus gafas de colores y sus botas puntudas, están dejando asomar una loba que por ahí tienen bien escondida.

Las bonitas nos ponen nerviosos. Suelen hacerle casting a todo el mundo. Les gastamos y nos desgastan. Nos ponen de mal genio, nos trasnochan, nos envejecen más rápido. Las feas, en cambio, aportan, son buena compañía, charlan rico, son bastante caseras, son inmejorables compañeras de trabajo y muchas tienen un excelente sentido del humor.

Así que cambio a mil mujeres lindas, por una fea. A lo mejor no luzca muy bien. Pero cuando quiera tener algo que despierte la envidia de los demás hombres, cambio el llavero de mi Fiat Uno, por el de un Mercedes.

2 comentarios:

  1. de eso si estoy seguro, son mejores las feas, comprobado, y pa que tienen una gracia....

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